Me encanta hablar sobre esta fase del
ciclo de vida de una parroquia. Es emocionante experimentarlo y aún más cuando
estás al frente. Las parroquias difícilmente pueden controlar el número de los
nuevos invitados, cada semana hay nuevas personas que deciden seguir a Jesús y
los amigos invitan a amigos que a su vez invitan a amigos ¡qué descontrol!
Gracias a Dios empieza a haber muchas
parroquias atrapadas en un “crecimiento descontrolado”. Dios está haciendo un trabajo
increíble en muchas comunidades. Nuestro primer paso como pastores a los que
Dios ha encomendado esta porción de su pueblo es abrazar esta
circunstancia. Es una aventura única
¡Vamos a vivirla sin miedo, El va al frente de la barca también cuando se
desbordan las redes!
¿Cómo saber si estamos en el momento de
“crecimiento”? Aquí hay cuatro indicadores:
1) Estáis enfocados hacia fuera
Abrazar este “enfoque hacia fuera” como
parroquia es sumamente importante para experimentar el crecimiento. Las iglesias
que están en esta fase buscan lo que sea para llegar a la gente fuera de sus
muros. Quieren experimentar lo que se necesita para romper las barreras.
2) Creatividad y la innovación
Los “comprometidos” buscan
desesperadamente llegar a los “no practicantes”. Están abiertos a nuevos
caminos y métodos. Aman el cambio y la innovación.
3) La visión está empezando a enfocarse
Es crucial para la salud de nuestro
ministerio pastoral saber a dónde queremos llegar en el futuro. Por supuesto
que siempre debemos dejar espacio para que Dios nos sorprenda pero Dios actúa
mejor a través de nuestra preparación. Al establecer metas y crear un plan para
llegar allí, es probable que experimentemos el progreso hacia la realización de
la visión que Dios ha puesto en nuestros corazones.
4) Dios empieza a regalar ministerios
A medida que la parroquia experimenta
crecimiento, el pastor comienza a entender que uno no puede responder a todos
los disparos y empieza a pedir para que Dios suscite “compañeros de servicio”,
es más empieza a entender su liderazgo como algo que debe ser compartido. Es
entonces cuando Dios levanta ministros, servidores.
¿Estáis en esta situación? Felicidades.
No sufráis, disfrutadlo. El crecimiento es mucho más divertido que el declive.
Sin duda llegará el momento en que la complejidad dominará el liderazgo, la
iglesia superará su edificio y el equipo luchará con nuevos desafíos. No os
desanimeis: esto es normal y un componente clave para el crecimiento de vuestra
iglesia, ahora bien no descuides dar los siguientes pasos adecuados para crecer
saludablemente. Pasos que serán revelados en el próximo artículo.