Comienza el nuevo curso y con él los proyectos, las nuevas ideas, etc. Sin embargo tantas veces nos encontramos que "la mies es abundante pero los obreros son pocos". Y sin
embargo la sola idea de pensar y buscar más voluntarios para los diferentes
servicios a veces puede resultar abrumadora para el pastor. Vemos que no llegamos a más pero buscar a otros que nos ayuden es un trabajo aún más agotador. Sin embargo ves que ya
estás llegando al límite. Estás haciendo todo lo posible para mantenerte al
día con tus responsabilidades y con las personas que ya están en tu equipo y a veces, el tiempo para cuidar incluso de un solo voluntario más está sencillamente más
allá de tu capacidad.
Puedes recordar una historia del
Antiguo Testamento donde Moisés se encontró en una situación similar. Él estaba
tratando de hacer todo por sí mismo. Él estaba guiando y tomando todas las
decisiones. Como resultado, él se estaba a punto del colapso. Fue entonces
cuando animado por su suegro Jetro, Moisés se animó a identificar y elegir a
algunos hombres capaces ser líderes de otros hombres, incluso de otros líderes,
y de este modo eligió líderes de decenas, de cincuenta, de ciento y de mil
personas.
Cuando te encuentras abrumado por
las responsabilidades y la cabeza te hace ya off, esto debe ser una señal de
advertencia que te recuerda que: "Es hora de identificar y capacitar a
otro líder".
Pero no pienses que los líderes producen
mágicamente más líderes. Requiere gastar tiempo intencionadamente para
identificar, desarrollar y discipular a líderes potenciales. No se puede
derivar a otros esta misión. Hay que priorizar y luego elaborar nuevos sistemas
pastorales para que esto ocurra.
He oído hablar de la regla del 20% para reclutar a más líderes de la
iglesia. Del número de horas que trabajas pastoralmente debes tomar el 20
por ciento de esas horas para invertir en formar otros líderes. Dar prioridad a
pasar tiempo quizás con un par de personas o pocas más. Discipularles. Estudiar libros
de liderazgo juntos. Aprender juntos. Ilusionarse juntos por proyectos.
Compartir la vida juntos.
Puede que no seas capaz de empezar
por el 20 por ciento, pero puedes empezar por alguna parte. Al hacer esto, se te
irá multiplicando su tiempo y tu influencia en el futuro será mucho más profunda al levantar a más
líderes, quienes te ayudarán a llevar y cuidar a más voluntarios, responsables a su vez de sus áreas de evangelización. No está mal el consejo de Jetró. ¿Crees que podrías aplicarlo en tu realidad pastoral?
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