jueves, 1 de junio de 2017

UNA NUEVA INICIATIVA QUE ESTÁ DANDO MUCHO FRUTO ENTRE JOVENES UNIVERSITARIOS: LAS SALAS DE ORACIÓN



Durante el año pasado han comenzado varias “salas de oración” en campus universitarios americanos e ingleses y la respuesta ha sido increíble.

Las praying rooms se caracterizan por ser pequeños oratorios, capillas, o simples salas que preparadas de una forma adecuada para los jóvenes permite un espacio adecuado para la adoración, la reflexión, el silencio, el encuentro con Dios. La promoción de estas salas la comenzó en el mundo evángelico el movimiento 24/7 y está activo entre los católicos desde hace años en el mundo. Éste es el artículo de referencia: 

https://24-7prayer.com/blog/2694/breaking-barriers-building-lives-on-campus

La traducción es muy pobre, perdonad. Un apunte, cuando habla de "cristianos" se refiere a lo que nosotros llamaríamos "cristianos practicantes" más o menos, incluso mejor dicho "cristianos que creen de verdad en Jesús" y cuando dice "no cristianos" distinguiéndoles de "de otras religiones" se refiere a bautizados que en realidad no siguen al Señor, nuestros "cristianos no practicantes" o incluso "practicantes pero realmente".

Ben es capellán de la Universidad de Gloucestershire. Aquí comparte esta gran historia:

"NO PODEMOS ENCAJONAR A DIOS"

Al comienzo del presente año 2017, el equipo de capellanía y yo nos propusimos reunir a estudiantes cristianos de la universidad para orar específicamente por su universidad en una sala de oración.  De este modo el equipo de capellanía organizamos el programa “24 horas de oración” en 3 de nuestros campus. Como ya teníamos espacios dedicados para la oración y la meditación sólo tuvimos que decorarlos de forma especial para prepararlos.

Era la segunda vez que organizábamos un evento de oración de 24 horas en la universidad y tenía grandes esperanzas de que los estudiantes cristianos crearan espacio en sus agendas para involucrarse. Esperábamos que una sala de oración atrajera a los estudiantes cristianos ¡pero cual fue mi sorpresa cuando nos encontramos acogiendo no sólo a no cristianos (nosotros los llamamos “no practicantes”), sino también a estudiantes y trabajadores de otras religiones que querían participar también!

Después de completar las 24 horas de oración, un estudiante cristiano quiso compartir con nosotros lo que sentía que Dios le había dicho, nos dijo:

"Dios continuará usándonos para ayudarle a lograr su objetivo de reconstruir las vidas de aquellos que aún no le conocen".

Ahora, mientras reflexiono sobre nuestro evento de oración, puedo ver cómo Dios ha estado trabajando. Cuando creamos espacio para que los estudiantes orasen, comenzamos a entender más de lo que Dios estaba haciendo; cómo se estaba moviendo en la vida de la gente, y las formas en que se presentó a la gente.

La oración, para muchos, es parte de su sistema de fe y  sus creencias, pero para otros, no es tan fácil y les plantea preguntas. Ahora me doy cuenta de que en el pasado, muchas he creado barreras de manera involuntaria hablando acerca de la oración con un uso irresponsable del lenguaje, no contextualizando mis palabras y sin mostrar comprensión acerca de las culturas de los demás.

A menudo como cristianos, estamos tan atascados en nuestras rutinas de lo que significa hacer "misión" que en realidad podemos bloquear a la gente y separarla más que acercarla a Dios. No podemos encajonar a Dios. Estoy muy agradecido por los no cristianos y amigos de otras religiones que se acercaron a nuestra sala de oración y hablaron realmente con Dios.

Hay muchas maneras de compartir la fe. Y ahora veo que la eliminación de las barreras -que involuntariamente puse en marcha- es esencial.

Mi sueño es que los estudiantes de mis campus sigan a Jesús. La creación de una sala de oración en el campus ha sido una de las formas en que hemos comenzado a ver esto suceder.

Yendo un día a trabajar en mi coche, sentí que Dios me hablaba lo importante que era crear un espacio para la oración dentro del plan que El estaba desarrollando en la universidad. Cuando llegué a mi oficina, un miembro del personal, que no tiene fe, me entregó un viejo taburete de oración y reclinatorio: era la señal de que Dios estaba confirmando su palabra.

Cuando creamos un espacio físico para encontrar a Dios sentía en la oración que no sólo los cristianos habitarían ese espacio. Mi oración era para que también los no cristianos se sintieran bienvenidos; esto sucedió y mucho más: ellos  encontraron al Dios vivo.

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